martes, 11 de marzo de 2014

Los cambios de la vida necesarios pero que no se dan.

Esta entrada la comencé a escribir hace aproximadamente dos semanas, después de tener una conversación con mi queridísimo jefe, mismo que ya no se encuentra con nosotros en esta vida terrenal, pero yo tengo fe que se encuentra en el cielo. Te extraño.

En términos laborales, he tenido semanas muy malas, he llegado incluso a odiar mi trabajo pero no porque odie trabajar sino porque en este lugar me estan haciéndo la vida imposible.

Trabajo para el gobierno; si, yo que pensé que nunca iba a hacer algo así. Me convertí en burócrata y he visto como el sistema poco a poco me ha ido absorviendo. No antiendo público pero si lo hiciera, creo que a estas alturas ya tendría muy mala cara.

Aquí ni siquiera se muy bien cuáles son mis atribuciones, creo que comencé a hacer un poco de todo, sobretodo gestiones administrativas; hasta que llegué al púnto dónde ahora me encuentro: sin atribuciones específicas.

Empecé apoyando a unas reuniones y ese trabajo me gustaba mucho poque me sentía util. Luego me absorvió el gerente general y ahi veía siempre cuestiones administrativas pero hubo días que me aburrí mucho porque no tenía mayor cosa que hacer. Después cubrí a una jefa de departamento mientras tenía su período post parto y terminé en un departamento dónde supuestamente debía atender a unas personas pero creo que nadie supo realmente cómo se iba a hacer.

Hace poco más de un año que paré aquí, dónde en un principio me iba a encargar de las relaciones públicas. Eso me mantenía un tanto entretenida pero el ambiente de trabajo era cada vez más devastante.

Entonces hablé con mi jefe la semana pasada, pedí un cambio porque me iba a volver loca. Le conté que me sentía acosada y que no tenía paz porque algunas compañeras eran especialistas en robartela. Me dijo que entrara a su despacho, así por lo menos no iba a verlas tan seguido. Pero yo seguía sin atribuciones específicas.

Hace ya un par de años se comenzó el proceso para que a mi me nombraran en un puesto dónde iba a tener mis funciones específicas, iba a liderar un pequeño departamento y todo iba a ser genial. Pero me han puesto tantas trabas que a estas alturas no se ha dado.

Por mi parte había comenzado a buscar trabajo, sin mucho éxito debido a la situación de desempleo en mi país.

La cuestión es que una a veces necesita hacer cambios radicales en su vida, y sobretodo porque necesito tener paz.

Después de la trágica muerte de mi jefe, me di cuenta que si hubiera salido positiva la inseminación de enero, a estas alturas estaría hospitalizada o ya habría perdido al bebé. Porque he de confesar, que sigo muy afectada y deprimida. No me logro recuperar.

Bueno, pues empezaré a hacer cambios, grandes cambios. Es lo que necesito ahora.

pd: Perdón por ausentarme pero insisto, aun no me recupero. Besos.

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  2. Cuanto lo siento, DoCa... A mí me pasó al contrario, genial con todos los compañeros pero mi ex jefe era un hp que me acosaba sexualmente. Me decía guarradas, súper obscenas, en una ocasión al oído que casi vomito. Le monté un escándalo enorme delante de todo el mundo y la gente, que lo odiaba con el alma pero a la vez le tenían miedo, se daban la vuelta para reírse de cómo lo humillé.
    Muchísimo ánimo, porque pocas cosas hay peores que un mal ambiente de trabajo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Trax!

      Como lamento que hayas tenido que pasar por eso, debe ser algo espantoso y no se lo deseo a nadie.

      Fíjate que en efecto estas fulanas son de lo peor, lo más increible es que se hayan juntado, hacen algo así como un aquelarre y planifican las maldades que van a hacer.

      Creo y espero de todo corazón, que salga pronto mi traslado porque si no voy a salir huyendo y eso no es bueno para mi economía.

      Abrazos.

      Eliminar