viernes, 14 de marzo de 2014

DEJAR IR: extremadamente difícil pero no imposible.



Recientemente perdí a una persona muy querida de la forma más difícil y esto fue a través del suicidio.

Desde hace dos semanas que pasó, no me había atrevido a mencionar esa palabra tan claramente. PEro eso fue, suicidio.

No les contaré los detalles porque realmente no los se, solo se que el decidió acabar con su vida y que a nosotros nos toca aceptar su decisión.

Ahora me pongo yo a pensar si iré yo a superar alguna vez eso? ¿Se logra superar la muerte por suicidio? no lo se y por ahora no lo creo posible.

Por eso me animé a escribir esta entrada, se que no tiene que ver nada con maternidad ni embarazo ni tratamientos ni nada de nada, pero de algún modo tengo que sacarlo de mi sistema, o por lo menos empezar a aprender a lidiar con ello.

Aún me siento descontrolada, como si estuviera en una nube o en una fantasía. No puedo creer que todo esto esté pasando y que de un día para otro se fue, nunca más lo volveré a ver caminar en su oficina.

No soy psicóloga ni pretendo serlo, solamente quiero describir lo que poco a poco he ido investigando y que ha ido funcionando para mi y eso es:

-Pensar que fue un mártir que murió por su causa. Esto me da un poco de consuelo porque no me gusta pensar en cómo tomó la decisión o como poco a poco pudo irlo planificando. No se si lo hizo y no me interesa saberlo. Solo se que ya no está pero que fue un hombre tan importante para la justicia de mi país, que me gusta verlo como un mártir, ya lo haya sido en vida o muerto, el peleó hasta el fin de sus días.

-No imaginar el momento en que tomó el arma y se disparó. Soy muy gráfica e imaginativa, pero no puedo concevir la imágen mental de cómo el tomo su arma y se disparó, simplemente no puedo! y creo que eso me ha ayudado a no enloquecer.

-No imaginarlo muerto. Tampoco tengo una imagen mental de su cuerpo sin vida. Sus recuerdos son vívidos y frescos, puedo escuchar su voz y sus pasos. Puedo verlo dándome instrucciones y eso es de disfrutarlo ahora que es reciente en la memoria porque después, no sabemos.

-Hablarle. Se que no me puede escuchar, pero le hablo para que mi mente no se quede con la sensación de que dejé de decirle algo.

-Honrarlo con mi vida. Hacer que cada acto de mi vida sea una honra a lo que nos enseñó.

-Recordar todo lo bueno que era. Tener solamente buenos recuerdos de el vivo, todo lo bueno y lindo que fue en vida y que perdurará para siempre.

-No intentar entender. Esto es fundamental porque jamás lograremos comprender qué estaba pasando por su mente en ese momento y cuales fueron los pensamientos que lo empujaron a hacer lo que hizo. Si para mi era un poco difícil comprenderlo antes, no digamos tratar de entender su mente en ese momento.

Deben haber muchas más pero esto es hasta ahora lo que he podido experimentar.

Deseo de todo corazón que nadie tenga que pasar por esto, es espantoso.

2 comentarios:

  1. Te acompaño en el sentimiento. ¡Mucha fuerza!
    Un beso grande y un abrazo gigante!

    ResponderEliminar