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| Fuente: http://www.clairegermainnail.com |
Después de un tiempo, decidí buscar a otro médico. El primer especialista al que visité no me convenció y el medicamento que me recetó me hizo mucho daño.
Entonces una amiga mía me recomendó a su médico quien también se especializa en infertilidad. Lo visité y lo primero: estoy gorda y necesito sacarme sangre. También mandó a exáminar al señor B: un espermograma.
Cada visita con el médico son medicamentos y ultrasonidos, pero lo sorprendente es que no soy solo yo la del problema, resulta que el conteo de espermatozoides con formas normales es bajo y eso dificulta un poco los resultados.
Pense que todo iba a ser más facil... bueno, en realidad siempre pensé que yo era la del problema, que con arreglarme todo sería mejor. Pero resulta que no, siempre no soy yo la del problema... eso esta bien? o no?
El que yo no sea el problema me lleva a una dificultad de mayor grado porque no se si ahora el problema tenga solución y al ser desconocido para mi ni siquiera se cómo podría arreglarlo. Confiaba en que sería más fácil incluso pero un mes después el resultado sigue siendo el mismo.
Duele y un chingo! porque ese sueño que hemos perseguido por tanto tiempo ahora solo se ve estancado y no se sabe por cuanto tiempo. Lo peor de todo es que no se cómo se podría resolver, o si tiene solución.
Acabo de notar que estoy enfocando toda mi energía en resolver algo que probablemente no tiene solución.
Maldición! Duele, quiero gritar y llorar pero a falta de un espacio personal esto se vuelve imposible!!!
Entonces qué? me quedaré como la llorona de la leyenda, deambulanto eternamente en las calles "dónde estan mis hijos?" y probablemente nadie me sepa contestar.
