Siempre hemos querido ver el reflejo de nuestro amor en un hijo a pesar de las opiniones de muchas personas.
Desde que yo recuerdo, he querido ser madre. Me encantaba visitar familias que tuvieran bebes y cargarlos, siempre imaginaba que se sentiría ser madre.
Hace más de quince años mi mamá me regaló un libro de una editorial infantil que describía los primeros años de vida de un niño adoptado y como había llenado la vida de sus padres. Lo leí demasiadas veces y me imaginaba que haría yo al tener el propio.
Cuando conocí al señor B fué mágico, supe inmediatamente y desde la primera cita que me iba a casar con el. Todo de el me enamoró y queria que fuera el padre de mis hijos.
Nuestra divertida vida matrimonial se construye día a día, reimos y lloramos juntos. Hacemos todo juntos... TODO!!! Incluso fantasear con nuestros hijos, quienes tienen nombre desde hace mucho.
Es increbile como los minutos con el pasan volando, hasta las discusiones son emocionantes y divertidas! podemos estar molestos y al siguiente segundo estar llorando. Tengo más de lo que pedí.
Nos consentimos mutuamente, aunque a veces pienso que el me consiente mas a mi que yo a el. Nos divertimos, nos peleamos y nos reconciliamos. Chismeamos, criticamos el uno al otro y nos apoyamos. Tenemos citas, algunas buenas y otras no tanto, el tiempo juntos es de calidad total.
Comemos, gritamos, bailamos, actuamos, amamos, lloramos, nos molestamos y bromeamos.
Y así, los días han pasado demasiado rápido.
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