Te fuiste sin siquiera poder conocerte.
Te fuiste sin poder despedirnos.
Tu estadía fue tan corta y pasajera que no hubo tiempo de querernos.
Voy a extrañar las colitas que no luciste, los vestidos que dejaste y los juegos que no jugamos.
Como se puede amar a alguien que no conociste?
Solo por el latir de tu corazón y tu presencia abultada en el vientre de tu madre.
Debiste ser tan buena que Dios te pidió de regreso. Y duele tanto no poder contradecirlo, no poder pedirle que te regrese a nosotros.
La tristeza nos ha movido a niveles superiores. Es dificil exteriorizar este sentimiento.
Ya no te podré cargar.
Pero te fuiste a jugar con el abuelito, sabemos que el te cuidará.
Any, sobrina querida, te vamos a extrañar por siempre.
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